"La poesía, escribió Emily Dickinson, es la Casa de la Posibilidad". Y eso es una librería:una Casa Encantada. Gracias a los libros entendemos la lengua de los animales y los árboles, escuchamos las palabras de los amantes, los pasos delicados de los muertos, las canciones de seres que no pueden existir. Y el librero es el dulce anfitrión que se retira discretamente tras abrirnos la puerta para que pasemos a su amparo la noche.
GUSTAVO MATÍN GARZO
He llegado a leer estas líneas y me han parecido muy verdaderas, pero, además, he echado de menos que en este texto se hiciera referencia a los bibliotecarios, a las bibliotecas. Gracias al trabajo de los bibliotecarios, y en sus lugares de trabajo, podemos encontrar miles de mundos en sus libros, miles de sensaciones. Podemos encontrar el saber e incluso podemos encontrarnos a nosotros mismos.