Visita de Isabel Ortega
Isabel Ortega nos mostró la parte más administrativa de la documentación, las bibliotecas, y lo que tiene que ver con ellas. Nos explicó la política y los planes sectoriales que se utilizaban en la Junta de Andalucía en relación con la organización de las bibliotecas de Andalucía, es decir, los objetivos que se persiguen y las líneas de actuación.
Isabel es la encargada de trazar las líneas políticas de la Junta de Andalucía en materias de bibliotecas y documentación. Principalmente se encarga de la gestión económica. La verdad es que según lo que nos explicó, es un trabajo de gran responsabilidad; hace una labor que facilita mucho las cosas a diferentes entidades, y, como ella misma repitió varias veces, el suyo es un trabajo que no es muy reconocido, porque los resultados no van directamente ligados a su persona.
¿No es esta una de las características que persiguen a los documentalistas y a los bibliotecarios? Hay veces que cuando vemos una biblioteca o centro de documentación que está bien montado, ordenado, donde puedes acceder con facilidad a la información... y no pensamos en las personas que están detrás de esto, en la labor tan compleja a veces, y por supuesto constante, que tienen que llevar a cabo.
Por parte de la Junta de Andalucía se han fomentado varios planes, de los que Isabel nos habló, algunos de ellos muy interesantes. Por ejemplo:
- Plan integral de impulso a la lectura
- Programa de dotación bibliográfica extraordinaria
- Creación de bibliotecas interculturales, con especial atención a la población inmigrante
Para mi uno de los temas más interesante de los que nos planteó Isabel fue el de la Red de Centros de Documentación y Bibliotecas especializadas. Cuando se incorporó a su nuevo puesto en la Junta de Andalucía se dio cuenta de que los centros de documentación, al contrario que ocurría en las bibliotecas, no tenían unos modelos fijos, unos reglamentos que pudieran homogeneizar un poco todos estos centros. Decidieron hacer un estudio, y en el se llevaron una gran sorpresa, ya que, incluso centros de documentación que habían avanzado mucho de forma independiente, seguían asimilando a los centros de documentación con los fondos bibliográficos! Ni los propios documentalistas tenían claro qué era el centro de documentación... Esto se debe principalmente a 3 razones: la tradición, el hecho de que la mayoría de los trabajadores de estos centros no sean documentalistas, y la comparación con las bibliotecas públicas.
En fin, la verdad es que aún queda mucho trabajo por hacer por parte de la Junta y en los centros de documentación, porque, como nos dijo Isabel "poner las cosas en el papel es muy fácil, pero ponerlas en práctica es muy difícil". Confiemos en Isabel, la Junta y los documentalistas.